El día después de la carrera de montaña de El Escorial la sensación es ambigua.
Por un lado fue una carrera muy dura, 20km con 800 metros de desnivel, humedad, barro, fue una experiencia totalmente nueva, después de ver muchos videos de trail y correr mucho la experiencia directa en esas condiciones es impactante.
Por otro lado, es una vivencia muy grande y muy hermosa. Correr en contacto con la naturaleza tiene algo muy especial y que nos juntemos 700 personas para hacerlo es algo emocionante, a pesar de la dureza de la experiencia y de la climatología que no era totalmente adversa, ya que no llovió, pero el frío era importante, sobre todo al llegar a la cima a 1700 metros de altitud con el sudor del ascenso empapando nuestra ropa.
Cumplimos a pesar del dolor de rodilla.
Hoy, el día después de la carrera, sentado en el sofá de casa y escribiendo ante el ordenador, reflexiono acerca de la experiencia.
El cuerpo, que ayer estaba excitado y después de la carrera no quería más que descanso y comida, mucha comida, ha comenzado a recuperarse. Hay que darle tregua para que se recomponga y no se vea dañado.
La mente, que ayer estaba saturada de imágenes de la carrera y de impactantes sensaciones aunque muy a gusto y en calma, ahora va asimilando la experiencia con tranquilidad.
Estas experiencias marcan muy profundo, sin duda.
Collapse y yo, hemos conseguido nuestra primera medalla de Finisher, que es un sueño hecho realidad. Esperemos que no sea la última.
De momento la mirada está puesta en el maratón de Donosti el próximo día 25 de noviembre, seguiremos sorteando obstáculos y haciendo kilómetros para llegar hasta nuestro siguiente objetivo.
Como alguien dijo: "no dijimos que fuera fácil, solo dijimos que merecería la pena"
Just run!
RAAFA DELAGUETTO
Fuente de la imagen:http://www.marketingguerrilla.es/finisher/
